Desde pequeño pensaba que los árboles tocaban el cielo. Sólo ahora entiendo que es pura verdad… Hoy me elevo hacia lo más alto gracias a algunos guitarristas que hacen vibrar sus maderas.
Dar en manos de un artista la posibilidad de conmover el alma de un auditorio lleno es el sueño de cualquier luthier. A estos guitarristas y a los que lo intentan doy la gracias por su particular búsqueda del sonido.
Nací en Gante (Bélgica) en el año 1944.
Empecé como alumno de guitarra del maestro Nicolás Alfonso, en el Conservatorio Real de Bruselas. Más tarde, fui profesor de guitarra clásica en la Academia de Música de Bruselas y concertista con algunos grandes éxitos en los años 70. Tras un tiempo, regresé al mundo de la guitarra por medio de la lutheria, estudiando este arte en la escuela CMB de Puurs con el maestro Walter Verreydt durante cerca de 10 años.
En la guitarra no existen secretos, tan sólo misterios. Para mí, también.
Actualmente, vivo en la provincia de Murcia con el apasionado deseo de seguir buscando las mejores vibraciones en la vida.